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LA ENFERMEDAD DEL SARAMPION

 ¿Qué es sarampión?
Es una enfermedad aguda, muy contagiosa, causada por un virus de la familia paramixovirus.
 
¿Cómo se presenta?
Inicia con fiebre, malestar general, catarro, ojos rojos (conjuntivitis), tos seca y pueden aparecer en la boca puntos blancos y pequeños (manchas de Koplik). Por lo general al tercer día aparecen ronchas pequeñas de color rojo (exantema) en la cara, posteriormente se extienden al tronco y extremidades, mientras empiezan a desaparecer de la cara.
 
¿Cómo se transmite?
Al inhalar pequeñas gotas de secreciones expulsadas de una persona enferma al hablar, toser o estornudar. Se puede transmitir desde tres días antes de iniciar la fiebre y la tos, y hasta cuatro días después de que aparecen las ronchas o exantema.
  
¿Cuáles son las complicaciones asociadas al Sarampión?
 En general es de curso benigno, pero pueden ocurrir: infecciones del oído, neumonía, diarrea, ceguera, o un sarampión hemorrágico que causa sangrados generalizados e inflamación del cerebro (encefalitis).
  
¿Cómo se diagnostica?
 El diagnóstico debe realizarlo un médico, quien identifica los signos y síntomas característicos de la enfermedad y lo confirma por laboratorio mediante muestras de sangre, orina y muestra de la garganta (exudado faríngeo)
  
¿Por qué es importante tomar muestras de laboratorio para su diagnóstico?
 Por que hay diversas enfermedades que pueden confundirse con sarampión y la forma de confirmar el diagnostico, es mediante muestras de sangre, orina o exudado faríngeo.
 
¿Cuál es su tratamiento?
No hay tratamiento específico, los cuidados se encaminan al control de la fiebre y la tos, que son síntomas constantes de la enfermedad, evitando la ingesta de aspirina y jarabes con codeína en niños menores de 12 años. Deben administrarse líquidos abundantes, reposo y una alimentación adecuada que ayude al paciente a sentirse mejor. Se recomienda consultar al médico antes de administrar cualquier medicamento.

  
¿Cómo se previene el Sarampión?
 

Recibiendo la vacuna específica anti-sarampión. El esquema de vacunación cambia segun la edad.

  
  
¿Qué recomendaciones debo seguir para prevenir el Sarampión?
 Evitar el contacto con personas que presentan este tipo de erupción, taparse la boca al toser o estornudar, lavado frecuente de manos y no acudir a lugares concurridos en caso de presentar erupción.
  
¿Quiénes deben vacunarse contra el sarampión cuando surgen casos en la comunidad?
 

Niños: de 6 a 11 meses con una dosis de vacuna de sarampión-rubéola (doble viral o SR) preliminar haciendo énfasis que se debe de aplicar la dosis del esquema al año de edad; niños de 1 a 6 años que no han sido vacunados debe aplicarse vacuna sarampión-rubéola-parotiditis (Triple Viral o SRP) y a los de 7 a 39 años que no cuenten con antecedente de vacunación a partir del año 2000, se le aplicará sarampión-rubéola (doble viral o SR).

Así como a los trabajadores de: turismo, tianguis, mercados, sexo comercial, de salud, del magisterio y alumnos de secundarias, preparatorias y profesionales que vivan o laboren alrededor de las áreas de riesgo.

 

  
¿Por qué no se deben de vacunar los adultos mayores de 40 años de edad?
 Por que hay una alta probabilidad de haber padecido la enfermedad y tener protección natural contra el sarampión.
  
¿Qué ocurre si se vacuna una mujer embarazada?
 En general no se ha observado que la aplicación de la vacuna provoque alguna alteración al producto o a la madre durante el embarazo, sin embargo, para evitar que algunos problemas se relacionen con la vacuna, se recomienda no aplicarla durante el embarazo, si esto llegase a ocurrir de manera accidental, no se debe practicar el aborto, será necesario estrechar la vigilancia del embarazo y de la mujer embarazada. Para obtener mayor información comunicarse al 01 55 56801208 ó 0155 56518294 Ext. 205.
¿Qué importancia tiene que yo sepa sobre el sarampión?
 Que el sarampión es una enfermedad de transmisión rápida y puede ocasionar graves complicaciones, además de que deben realizarse acciones parar prevenir la propagación de casos en las localidades.
  
¿Por qué los Servicios de Salud realizan acciones en las comunidades donde se presentan casos de sarampión?
 Para evitar que la enfermedad se propague a otros lugares y sobre todo evitar las muertes por sarampión, por lo que es importante su cooperación para recibir al personal de salud que acude a su domicilio.
 
¿Si pienso que tengo sarampión que debo de hacer?

Buscar atención médica en forma inmediata.

LA ENFERMEDAD DE CONJUNTIVITIS

La conjuntivitis es la infección más frecuente del aparato ocular, la menos grave y la que deja menos secuelas. Es una causa común de consulta para los médicos generales.

Síntomas: ojo rojo, secreción.

Signos : congestión superficial de la conjuntiva, secreción.

La secreción puede ser abundante o escasa, purulenta, mucopurulenta o serosa. En ocasiones se acompaña de folículos, hemorragia subconjuntival, membranas, seudomembranas y papilas.

Un folículo es una hiperplasia linfoide focal de la conjuntiva; se observa especialmente en el fondo del saco inferior y su apariencia es lisa, redondeada y elevada con vasos sanguíneos visibles en la superficie.

Aparece una membrana formada por fibrina y células inflamatorias adheridas al estroma de la conjuntiva. Si se retira sangra.

La seudomembrana también está formada por fibrina y detritus, pero no está adherida y por tanto no sangra al retirarla.

Una papila es una elevación del epitelio y del estroma conjuntival por inflamación persistente; contiene un vaso sanguíneo central. Se localiza especialmente en la conjuntiva palpebral superior.

Desde el punto de vista clínico, la conjuntivitis puede ser: hiperaguda, aguda, subaguda y crónica.

CONJUNTIVITIS HIPERAGUDA EN EL ADULTO

Se caracteriza por abundante secreción purulenta, edema palpebral y quemosis.

Siempre es necesario practicar frotis, cultivos y antibiograma, por la posibilidad de encontrar Neisseria gonorrhoeae, adquirida por autotransmisión de infección uretral o vulvo vaginal.

Tratamiento: Debe ser hecho por el oftalmólogo.

NEISSERIA GONORRHOEAE

Tratamiento sistémico: 250 mg de ceftriaxona por vía IM y posteriormente docixiclina en dosis de 100 mg por VO, dos veces al día durante 7 días.

Tratamiento tópico: Penicilina cristalina una gota cada hora. De un frasco de lágrimas artificiales de 15 ml se toman 5 ml que se añaden a una ampolla de penicilina de G de 5 millones. Una vez disuelta la penicilina, se toman los 5 ml y se añaden al frasco de lágrimas que contienen los 10 ml restantes. Quedando así una concentración de penicilina de 333.000 U x ml.

GERMENES COMUNES

Tratamiento tópico: Sulfacetamida sódica al 10 o al 15% una fota cada hora durante el día, si no mejora se continúa con gotas antibióticas según el examen bacteriológico y preparación para tal fin.

CONJUNTIVITIS HIPERAGUDAEN EL RECIEN NACIDO (Oftalmía neonatorum)

Como en el adulto, hay edema palpebral, secreción purulenta abundante y quemosis, Aparece en el primer mes de vida, pero puede ocurrir antes, durante o después del parto.

Algunos niños nacen ya con complicaciones corneales por gonococo en caso de ruptura prematura de membranas o incluso con membrana íntegras en caso de herpes simple. La mayoría de las veces la infección se adquiere durante el paso a través del canal del parto, quedando los párpados contaminados y posteriormente agravado por manipulación de la madre o personas que cuidan el niño.

Esta conjuntivitis en orden de frecuencia es producida por:

  1. Bacterias comunes: Estafilococo, Streptococcus pneumoniae estreptococo A y B y algunos gramnegativos como Pseudomonas aeruginosa y Neisseria meningitidis
  2. Neisseria gonorrhoeae
  3. Chlamydia trachomatis
  4. Virus : Herpes simple I y II
  5. Nitrato de plata

La conjuntivitis por gonococo se puede complicar con queratitis y endoftalmitis, dejando secuelas irreversibles.

La Chamydia, además de conjuntivitis, puede producir neumonía al colonizar el tracto respiratorio luego de su paso por la vía lagrimal.

Los virus son menos frecuentes y pueden causar también compromiso sistémico.

El nitrato de plata por muchos años se usó para prevenir la conjuntivitis; en algunos niños producía una conjuntivitis violenta horas después de la aplicación, la cual desaparecía espontáneamente. Hoy casi ha desaparecido esta afección, pues el nitrato de plata ya no se usa en la profilaxis de la conjuntivitis y si se utiliza es al 1% y no al 2% como anteriormente.

Tratamiento: Siempre lo debe efectuar el oftalmólogo, acompañado por el pediatra ante la más mínima señal de compromiso sistémico.

Se requiere frotis, cultivo, antibiograma y citología de la secreción conjuntival para investigar Chlamydia y virus.

GERMENES COMUNES

Tratamiento tópico: Iniciar con sulfacetamida sódica al 10 ó 15%; una gota cada hora, si no mejora, se continúa con gotas antibióticas según el examen bacteriológico.

Neisseria gonorrhoeae

Tratamiento sistémico: Penicilina G cristalina acuosa 50.000 U/kg/día I.V. en 2 dosis divididas durante 7 días.

Tratamiento tópico: Penicilina cristalina una gota cada hora. De un frasco de lágrimas artificiales de 15 ml se toman 5 ml que se añaden a una ampolla de penicilina G de 5 millones. Una vez disuelta la penicilina se toman los 5 ml y se añaden al frasco de lágrimas que contienen los 10 ml restantes. Queda así una concentración de penicilina de 333.000 U x ml.

Chlamydia

Tratamiento sistémico: Estearato de eritromicina 10 mg/kg o etilsuccionato de eritromicina 40 mg/kg/día durante 3 semanas.

Tratamiento tópico: Sulfacetamida sódica al 10 ó 15% una gota cada hora o terramicina oftálmica 4 veces en el día durante 3 semanas.

HERPES SIMPLE

El tratamiento se hace con base en los hallazgos oftalmológicos y sistémicos cuando se presentan. Debe solicitarse la consulta con un oftalmólogo.

De la conjuntivitis del recién nacido, lo más importante es la profilaxis. Se recomienda la sulfacetamida sódica al 10% una gota al nacer y luego una cada 6 horas durante 2 días.

CONJUNTIVITIS AGUDA

De todas las conjuntivitis ésta es la más frecuente; en ocasiones aparece en forma epidémica. Puede ser bacteriana y viral.

CONJUNTIVITIS BACTERIANA

El paciente consulta porque amanece con los ojos "pegados" y rojos. El examen muestra congestión superficial de la conjuntiva (hacia los fondos de saco) y especialmente secreción mucopurulenta acumulada en el canto interno.

No requiere frotis ni cultivo, el german más frecuente es el estafilococo epidermitis.

Tratamiento tópico: Sulfacetamida sódica al 10 ó 15%, una gota cada hora durante el día. para aplicar la gota el paciente mira hacia arriba, se retrae el párpado inferior y se aplica la gota en el fondo de saco inferior sin tocar las pestañas con el frasco, con el fin de no contaminarlo.

Terramicina oftálmica en ungüento durante la noche. Para esta aplicación se sigue la misma técnica que se usa para la aplicación de gotas.

NORMAS GENERALES

  1. No usar pañuelos de tela, sólo desechables y emplearlos una sola vez
  2. No usar maquillaje. El que se ha utilizado botarlo
  3. Si usa lentes de contacto, retirarlos
  4. Mantener las manos limpias
  5. Los estudiantes y adultos con actividad laboral no deben ir a estudiar ni a trabajar para evitar la transmisión de la enfermedad

CONJUNTIVITIS VIRAL

El paciente consulta por ojos rojos, fotofobia y edema palpebral. Al examen se observa congestión de la conjuntiva, folículos en el fondo de saco inferior; puede haber microhemorragias subconjuntivales, membranas, seudomembranas y secreción serosa; en ocasiones se acompaña de queratitis punteada fina y de ganglios submaxilares o preauriculares. Se presenta como la fiebre faringoconjuntival en niños de 4 a 9 años y como queratoconjuntivitis epidémica en adolescentes y adultos. Esta conjuntivitis es producida por adenovirus del tipo 3 en la fiebre faringoconjuntival y tipo 8 en la queratoconjuntivitis epidémica.

Tratamiento: Sin infección sobreagregada: lubricantes cada 2 horas. En ocasiones esteroides tópicos (prescripción exclusiva por el oftalmólogo).

Con infección sobreagregada: Sulfacetamida sódica 10 o 15% una gota cada hora.

CONJUNTIVITIS SUBAGUDA

Se le denomina angular por su localización en el ángulo interno o externo. En ocasiones hay compromiso de la piel adyacente. Es producida por la Moraxella lacunata.

Tratamiento: Sulfato de zinc 1 gota 4 veces al día o cloranfenicol una gota 4 veces al día.

CONJUNTIVITIS CRONICA (conjuntivitis primaveral)

Es una inflamación conjuntival crónica y bilateral que produce ojos rojos, prurito y secreción pegajosa. Se le denomina primaveral porque en los países no ecuatoriales tiene relación con las estaciones. En nuestro medio aparece en cualquier época del año. Se presenta en niños durante la edad escolar y puede existir antecedentes personales o familiares de atopia.

Hay tres formas clínicas:

  1. Palpebral: Se encuentran papilas especialmente en la conjuntiva palpebral superior
  2. Bulbar o límbica: Hay hipertrofia papilar en la conjuntiva adyacente al limbo y una media luna blanca en córnea paralela al limbo. El examen citológico de la conjuntiva muestra abundantes eosinófilos, muchos de los cuales están fragmentados, liberando sus gránulos.
  3. Mixta: Cuando hay localización palpebral y bulbar
  4. Tratamiento tópico: Cromoglicato disódico 4%, una gota 6 veces al día o levocabastina 1 gota en cada ojo, 2 veces al día

MEDIDAS GENERALES

     

  1. Evitar el sol

     

     

  2. Usar anteojos oscuros o visera al salir al medio ambiente

ORZUELO

En los párpados hay varias clases de glándulas. Entre ellas, las glándulas pilosebáceas de Zeiss que acompañan a las pestañas y las glándulas de Moll que son sudoríparas y se encuentran adyacentes a las pestañas. Estos dos tipos de glándulas se localizan en el borde libre de los párpados.

Las glándulas de Meibomio son sebáceas, se encuentran localizadas en el interior del tarso y desembocan en el borde libre del párpado.

La infección aguda de estas glándulas se denomina orzuelo y generalmente es de etiología estafilocócica.

CLASIFICACION

Existen dos clases de orzuelos:

Externo

Interno

Tanto el orzuelo externo como el interno tienen tres períodos:

Fase inicial

Síntomas: molestia y prurito localizados en cualquiera de los párpados.

Signos : dolor localizado al practicar la palpación con un aplicador.

Tratamiento: sulfacetamida sódica 10 ó 15% una gota cada hora durante el día. Hielo local.

Colocar un cubito de hielo sobre la zona afectada, hasta que se derrita completamente.

Fase de tumefacción

Síntomas: dolor y presencia de tumefacción en cualquiera de los pápados.

Signos: tumfacción dolorosa localizada en cualquiera de los párpados.

Tratamiento: sulfacetamida sódica a 10 ó 15% una gota cada hora durante el día.

Calor local: colocar compresas de agua tubia sobre la zona afectada durante 10 minutos, dos veces al día.

Absceso

Síntomas: dolor y edema palpebral.

Signos: gran edema palpebral y seudoptosis.

Tratamiento: sulfacetamida sódica 10 ó 15% una gota cada hora durante el día.

Antibiótico sistémico: Se recomienda dicloxacilina 500 mg cada 6 horas en los adultos y eritromicina cada 6 horas en los niños.

Calor local: cuando se trata de un orzuelo externo y la pestaña se observa en el centro de la tumefacción, ésta puede ser retirada con una pinza y por este orificio se puede drenar.

Drenaje en casos muy avanzados: en este momento se impone la remisión al oftalmólogo.

Analgésicos.

BLEFARITIS

La blefaritis es una inflamación crónica y bilateral del borde libre de los párpados. Hay dos clases: la estafilocócica y la seborreica. La primera es ulcerosa y la segunda se puede acompañar de seborrea del cuero cabelludo, cejas y oídos, aunque se describen los dos tipos aparte, generalmente están presentes en forma concomitante.

Síntomas: prurito, ardor, enrojecimiento y caspa en párpados, caída de las pestañas.

Signos: bordes palpebrales rojos, escamas secas y grasosas en ocasiones ulceraciones y ausencia de algunas pestañas.

Tratamiento: tópico. Limpieza diaria dos veces en el día con un aplicador húmedo para retirar las escamas. No usar maquillaje. Cloranfenicol en solución oftálmica, una gota 4 veces al día.

Pivalato de fluocortolona, aplicar en los párpados por la noche.

: Inflamación de las glándulas de Meibomio; se localiza en el interior del tarso.
: Inflamación de las glándulas de Zeiss o Moll; se localiza en el borde libre.

LA ENFERMEDAD DE LA GANGRENA

Gangrena es la muerte del tejido en una parte del cuerpo.

Causas

La gangrena se presenta cuando una parte del cuerpo pierde su suministro sanguíneo, lo cual puede suceder a raíz de una lesión, una infección u otras causas. Usted tiene un mayor riesgo de presentar gangrena si tiene:

  • Una lesión seria
  • Enfermedad vascular (como arterioesclerosis, también llamada endurecimiento de las arterias, en los brazos o las piernas)
  • Diabetes
  • Sistema inmunitario deficiente (por ejemplo, por VIH o quimioterapia)
  • Una cirugía

Síntomas

Los síntomas dependen de la localización y causa de la gangrena. Si la piel está comprometida o la gangrena está cerca de ésta, los síntomas pueden ser:

  • Decoloración (azul o negra si la piel está afectada; roja o bronce si el área afectada está por debajo de la piel)
  • Secreción maloliente
  • Pérdida de la sensibilidad (que puede ocurrir después de dolor severo en el área)

Si el área afectada es dentro del cuerpo, como en el caso de gangrena de la vesícula biliar o la gangrena gaseosa, los síntomas pueden ser:

  • Confusión
  • Fiebre
  • Gases en los tejidos bajo la piel
  • Sensación general de malestar
  • Presión arterial baja
  • Dolor persistente o severo

Pruebas y exámenes

El médico puede diagnosticar la gangrena a partir de un examen físico. Además, se pueden llevar a cabo los siguientes exámenes y procedimientos para diagnosticar una gangrena:

  • Arteriografía (radiografía especial para ver cualquier obstrucción en los vasos sanguíneos) para ayudar al plan de tratamiento para la enfermedad vascular
  • Exámenes de sangre (un conteo de glóbulos blancos [GB] puede ser alto)
  • Tomografía computarizada para examinar los órganos internos
  • Cultivo de tejido o fluidos de las heridas para identificar la infección bacteriana
  • Examen microscópico de tejido para buscar células muertas
  • Cirugía para encontrar y extirpar tejido muerto
  • Radiografías

Tratamiento

La gangrena requiere evaluación y tratamiento urgentes. En general, se debe extirpar el tejido muerto para permitir la cicatrización del tejido viviente circundante y prevenir la infección posterior. Dependiendo del área que tenga gangrena, el estado general de la persona y la causa de la gangrena, el tratamiento puede incluir:

  • Amputación de la parte del cuerpo que tenga gangrena
  • Una operación de emergencia para encontrar y extirpar el tejido muerto
  • Una operación para mejorar el suministro sanguíneo al área
  • Antibióticos
  • Operaciones repetitivas para remover el tejido muerto (desbridamiento)
  • Tratamiento en la unidad de cuidados intensivos (para pacientes gravemente enfermos)

Pronóstico

El pronóstico depende del lugar del cuerpo en donde esté la gangrena, de qué tanta gangrena haya y del estado general del paciente. Si el tratamiento se demora, la gangrena se extiende, o si la persona tiene otros problemas de salud significativos, puede morir.

Posibles complicaciones

Las complicaciones dependen de la parte del cuerpo en donde esté la gangrena, de qué tanta gangrena haya, de su causa y del estado general de la persona. Las complicaciones pueden abarcar:

  • Discapacidad por la amputación o extirpación del tejido muerto
  • Cicatrización prolongada de la herida o la necesidad de cirugía reconstructiva, como un injerto de piel

Cuándo contactar a un profesional médico

Llame de inmediato al médico si:

  • Una herida no sana o hay úlceras frecuentes en un área.
  • Un área de su cuerpo se torna de color azul o negro.
  • Se presenta secreción maloliente de cualquier herida en su cuerpo.
  • Tiene dolor persistente e inexplicable en un área.
  • Presenta fiebre persistente e inexplicable.

Prevención

La gangrena se puede prevenir si se trata antes de que el daño tisular sea irreversible. Se deben tratar las heridas de manera adecuada y observarlas cuidadosamente para buscar signos de infección (tales como enrojecimiento que se propaga, inflamación o secreción) o incapacidad para sanar.

Las personas con diabetes o enfermedad vascular deben examinar en forma rutinaria sus pies para buscar cualquier signo de lesión, infección o cambio en el color de la piel y buscar atención médica en la medida de lo necesario.

LA ENFERMEDAD DE LA GONORREA

La gonorrea, también denominada blenorragia, blenorrea y uretritis gonocócica, es una infección de transmisión sexual provocada por la bacteria Neisseria gonorrhoeae o gonococo.

Transmisión

Ocurre durante el acto sexual no necesariamente durante la eyaculación; en el parto si la madre estuviese infectada; o por contaminación indirecta si, por ejemplo, una mujer usara artículos de higiene íntima de otra persona infectada. La gonorrea está entre las infecciones venéreas más comunes del mundo y es causada por la bacteria Gram-negativa Neisseria gonorrhoeae. El término proviene del griego γονόρροια ("gonórrhoia"), que significa literalmente "flujo seminal"; en tiempos antiguos se creía de manera errónea que la descarga de pus asociada con la infección, contenía semen.[1]

El primer lugar que esta bacteria afecta es el epitelio columnar de la uretra y endocérvix. Los lugares no genitales que también son atacados son el recto, la faringe y la conjuntiva de los ojos. La vulva y la vagina en las mujeres, normalmente, también son afectadas, puesto que están ligadas con las celulas epiteliales, en las mujeres el cérvix es el primer sitio usual de infección. Se puede heredar de madre a hijo y durante el embarazo, se puede contraer por contacto sexual, por entrar en contacto con zonas infectadas.

[editar] Gonorrea en el hombre

Síntomas

Los síntomas aparecen entre los 2 y 21 días después de haber adquirido la enfermedad. El síntoma más frecuente es una secreción uretral mucosa blanquecina o clara o purulenta (gruesa, amarillenta), ubicada en la punta del pene. Otros síntomas son dolor al orinar, sensación de quemazón en la uretra, dolor o inflamación de los testículos.

En el varón este germen provoca uretritis y prostatitis.

[editar] Gonorrea en la mujer

Síntomas

En las mujeres, la infección suele cursar de forma asintomática. Sin embargo, pueden presentarse signos y síntomas tales como una secreción vaginal, aumento de ganas de orinar y molestias urinarias (disuria). La expansión del germen hacia las trompas de Falopio puede producir dolor en la zona baja del abdomen, encogimiento, fiebre, náusea y los síntomas generalizados de cuando se tiene una infección bacteriana.

También produce enfermedades como vaginitis y cervicitis, pero también endometritis, salpingitis y enfermedad inflamatoria pélvica aguda. Caracterizada por enrojecimientos en el área genital. El sistema inmune tiene serios problemas para acabar con Neisseria gonorrhoeae, dado que posee fibras con una alta tasa de variación antigénica.

[editar] Consecuencias

  • Puede causar daño a los órganos reproductores.
  • Tanto hombres como mujeres pueden quedar estériles. En las mujeres causa Enfermedad Pélvica Inflamatoria o EPI que causa infertilidad. Los hombres con la epididimitis también pueden verse afectado el transporte de espermatozoides.
  • Una madre que tiene gonorrea puede contagiar a su bebé durante el parto causando ceguera.
  • Puede causar daños al pene, enfermedades de la piel, articulaciones artritis. Hay una alteración inmunitaria que desencadena la bacteria llamada síndrome de Reiter que afecta a los ojos con conjuntivitis o uveítis, articulaciones (artritis reactiva) y genitourinarias (uretritis o cervicitis).

[editar] Tratamiento

Neisseria gonorrhoeae es sensible a una gama variada de antibióticos, pero es capaz de desarrollar resistencia frente a algunos de ellos. Muchas cepas son resistentes a la penicilina. No obstante, antes de la aparición de las cepas resistentes era muy sensible a este antibiótico, cosa sorprendente dado que son bacterias gram negativas. Actualmente es efectivo en el tratamiento de la gonorrea el uso de cefalosporinas de tercera generación como ceftriaxona, cuya administración es por vía intramuscular en dosis de 250 mg en una sola inyección. Las parejas sexuales de la persona infectada deben recibir tratamiento antibiótico también. Además debe rastrearse en el paciente y sus parejas otras enfermedades de Transmisión Sexual o ETS.

También se suele asociar la cefalosporina con algún macrólido, como azitromicina, por la frecuente co-infección con Chlamydia trachomatis, que causa un cuadro similar a la infección por gonococo, generalmente dos semanas de iniciado el cuadro, cuya excreción uretral no suele ser de desagradable olor, y con test de Gram negativo.

Las fluoroquinolonas, ciprofloxacino, ofloxacino, norfloxacino y levofloxacino no se recomienda entre el grupo de pacientes que incluyen a hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres y en caso de resistencia a estos medicamentos, el Centro de Control de las Enfermedades y Prevención de los Estados Unidos recomienda el uso de cefalosporinas en conjunto con tetraciclinas. Hasta el 2007, no han habido nuevas opciones de tratamiento para las especies resistentes a antibióticos más allá de las cefalosporinas.[2]

 

LA ENFERMEDAD DE LA VARICELA

La varicela es una enfermedad contagiosa causada por el virus varicela-zóster, un virus de la familia de los herpesvirus que también es el causante del herpes zóster. Es una de las enfermedades clásicas de la infancia, que en los niños suele ser leve pero en adolescentes y adultos tiene mayor riesgo de complicaciones. La enfermedad dura alrededor de una semana.

Durante años, se pensó que la varicela era una forma especial de la viruela. Fue descrita por primera vez en el siglo XVI, por diferentes autores con el término Cristalli o Verol volante (el virus de la viruela de vuelo). La expresión varicela fue otorgado por Daniel Sennert en 1632. Sólo el médico Inglés William Heberden produjo una distinción clara entre la varicela y la viruela. Desde la segunda mitad del siglo XIX Eduard Heinrich Henoch y Antoine Marfan precisaron los peligros de la enfermedad. El dermatólogo de Hamburgo Paul Gerson Unna describió los cambios histológicos que distinguen la varicela de la viruela. En la primera mitad del siglo XX, poco a poco la relación entre la varicela y el herpes zóster se fue demostrando. En 1952 se detectó por el microscopio electrónico al virus causante de la varicela.

[editar] Epidemiología

La varicela puede verse en cualquier época del año, aunque es más frecuente en el invierno y la primavera. El virus causante sólo se transmite de persona a persona, ya sea por contacto directo con las lesiones cutáneas o por vía aérea al expulsarse mediante la tos o los estornudos. El periodo de incubación hasta que aparece la enfermedad es de 2 a 3 semanas. Los enfermos son contagiosos aproximadamente desde 2 días antes de aparecer la erupción. También se puede contraer la varicela a partir de las lesiones de una persona con herpes zoster.

Los contactos familiares (aquellos que contraen la enfermedad a partir de otro miembro de su familia) suelen presentar formas más graves que los primeros casos, probablemente por un contacto más intenso y continuado con el virus. La varicela es sumamente contagiosa, de manera que cuando hay un enfermo en la casa el 80-90% de las personas susceptibles que viven allí acaban contrayendo la enfermedad.

[editar] Etiología

Fotografía del virus de la varicela al microscopio electrónico.

La varicela es una infección viral causada por un herpesvirus del género Varicellavirus y la subfamilia Alphaherpesvirinae. La taxonomía lo ha denominado virus herpes humano 3 (HHV-3) cuyo único reservorio conocido es el hombre. El virus tiene un ADN de doble cadena (dsADN). Todos los virus de esta familia rodean su ADN con una cápside icosaédrica con un área proteica triangular que lo recubre. En la población adulta en Europa Central alrededor del 93 al 96% de la población tiene anticuerpos sanguíneos detectables para la varicela.[1] [2]

[editar] Patogenia

La varicela es por lo general adquirida por la inhalación de gotitas respiratorias en suspensión en el aire desde un huésped infectado. La naturaleza altamente contagiosa del virus de la varicela explica las epidemias que se propagan a través de las escuelas desde un niño que está infectado rápidamente a muchos otros compañeros de clase. Las vesículas de la varicela contienen muchos virus, por lo que la transmisión puede ocurrir también por contacto directo con estas vesículas, aunque el riesgo es menor.

Después de la inhalación inicial de las gotitas respiratorias contaminadas, el virus infecta la mucosa de las vías respiratorias superiores. La proliferación viral se produce en los ganglios linfáticos regionales de las vías respiratorias superiores entre 2-4 días después de la infección inicial y es seguida por la viremia entre los días 4-6 postinfección. Una segunda ronda de la replicación viral se produce en los órganos internos del cuerpo, especialmente el hígado y el bazo, seguida de una viremia secundaria de los días 14-16 postinfection. Esta viremia secundaria se caracteriza por la difusión viral entre las células endoteliales capilares y la epidermis. La infección del virus a las células de la capa de Malpighi produce edema intercelular e intracelular, lo que resulta en la clásica vesícula.

La exposición al virus de la varicela en un niño sano inicia la producción de anticuerpos. Los anticuerpos del tipo inmunoglobulina G persisten de por vida, generando inmunidad después de una infección. Las respuestas inmunes mediadas por células también son importantes para limitar el alcance y la duración de la infección primaria de la varicela. Después de la infección primaria, se cree que el virus se propaga desde las lesiones de piel y mucosas a los nervios sensoriales. El virus permanece latente en las células ganglionares dorsales de estos nervios sensoriales. La reactivación del virus resulta en una forma clínicamente distinta, el síndrome de herpes zóster o culebrilla.

[editar] Cuadro clínico

Costras producidas por la varicela.

El signo más característico de la varicela es una erupción en la piel que aparece en forma de pequeños granos que en poco tiempo se convierten en vesículas (ampollas llenas de líquido). Las vesículas suelen aparecer primero por la cara, el tronco y el cuero cabelludo, extendiéndose después por todo el cuerpo. También puede afectar a la boca, a la vulva y al interior de los canales auditivos. Uno o dos días después las vesículas se transforman en costras. Durante los primeros días aparecen varias oleadas de vesículas, por lo que pueden verse a la vez lesiones en varias fases evolutivas (lo que se conoce como patrón "en cielo estrellado"). Las lesiones de la piel suelen ser muy pruriginosas (picar). Al aparecer las costras, las lesiones ya no serán contagiosas.

En el periodo prodrómico (el espacio de tiempo que transcurre antes de que aparezca la erupción, generalmente uno o dos días antes) suelen presentarse otros síntomas como fiebre, dolor de cabeza, malestar general, pérdida de apetito o vómitos. Estos síntomas suelen persistir durante los primeros días de la enfermedad.

[editar] Diagnóstico

Vesícula.

Generalmente la varicela se diagnostica por sus signos clínicos típicos, sin precisar de ningún tipo de análisis. La erupción vesiculosa y pruriginosa en oleadas, especialmente si hay antecedente reciente de contacto con un enfermo de varicela, es suficiente para establecer el diagnóstico.

Para casos dudosos o con fines de investigación se pueden emplear pruebas diagnósticas para detectar el virus en el líquido extraído de las vesículas, como el cultivo, la inmunofluorescencia o la reacción en cadena de la polimerasa. Para conocer si una persona es inmune a la varicela se utiliza la serología.

El diagnóstico diferencial incluye infecciones por el virus coxsackie, la escabiosis, impétigo y prurito por picadura de insectos.

[editar] Tratamiento

[editar] Medidas generales

En niños sanos suele ser suficiente con una serie de medidas para aliviar los síntomas. Para la fiebre se emplea el paracetamol, evitando siempre la aspirina (ácido acetilsalicílico), cuyo empleo para la varicela se asocia al síndrome de Reye. Con carácter general se desaconseja el uso de ibuprofeno en niños con varicela por la posibilidad de una predisposición a infecciones oportunistas. En un estudio de casos y controles se ha relacionado el uso de ibuprofeno en niños con varicela con una probabilidad mayor de aparición de fascitis necrotizante;[3] mientras que ciertos estudios prospectivos no han encontrado evidencias de tal asociación.[4] El prurito puede aliviarse mediante lociones antipruriginosas o con antihistamínicos orales, talcos de coloides, o loción de calamina. Otras medidas que ayudan a evitar lesiones por rascado e infecciones de la piel son cortar todas las uñas y un baño diario con un jabón suave. (El baño debe ser corto para no favorecer la aparición de más ampollas).

Es importante aislar al enfermo durante la fase contagiosa de aquellas personas que no han pasado la enfermedad, en especial de las de mayor riesgo (adultos, adolescentes, embarazadas o inmunodeprimidos). Aunque tradicionalmente en muchos sitios se recomienda facilitar el contagio de los niños para evitar que la contraigan cuando sean mayores, no hay que olvidar que la varicela, aunque generalmente benigna, puede dar lugar a complicaciones graves.

[editar] Antivirales o antivíricos

Como tratamiento específico frente al virus de la varicela-zoster puede emplearse el aciclovir, que dificulta la replicación del virus, acortando la recuperación del paciente con escasos efectos secundarios. En niños sanos menores de 14 años el aciclovir tiene un efecto muy limitado, por lo que no suele utilizarse. En cambio, en los pacientes de más riesgo (adultos, adolescentes e inmunodeprimidos) disminuye notablemente la intensidad de la varicela y el riesgo de complicaciones siempre que se comience a utilizar pronto (preferiblemente en las primeras 24 horas desde la aparición de la erupción).

El tratamiento con aciclovir tiene por indicación absoluta a la paciente embarazada, a los inmunodeprimidos y otros con riesgo particular de desarrollar complicaciones (ej. neumópatas crónicos por la posibilidad de padecer una neumonía por el virus). Los pacientes adolescentes y adultos en general, excluidos esos grupos, pueden obtener un beneficio más bien discreto. Esta enfermedad suele ser muy grave para mayores.

[editar] Complicaciones

Aunque la varicela es generalmente una enfermedad benigna, a veces aparecen complicaciones, especialmente en adolescentes, adultos y personas con las defensas bajas (inmunodeprimidos). Las más frecuentes son las infecciones de la piel y del tejido subcutáneo también denominada impetiginización, favorecidas por el rascado de las lesiones. Otra complicación típica es la neumonía, que puede ser causada por el propio virus de la varicela o por bacterias. También son típicas las complicaciones neurológicas, en especial la ataxia cerebelosa (alteración del equilibrio y marcha inestable, que suele desaparecer por sí sola). Excepcionalmente se ven complicaciones más graves como la encefalitis o la fascitis necrotizante.

Las embarazadas que no han pasado la varicela son especialmente sensibles dado que, además de tener más riesgo de presentar complicaciones, pueden transmitir la varicela al feto. Cuando la varicela se contrae en los dos primeros trimestres de la gestación puede causar una varicela congénita en el 1-2% de los casos, con alteraciones neurológicas, cicatrices en la piel y alteraciones oculares y esqueléticas. Si la varicela aparece entre 5 días antes y 2 días después del parto, puede aparecer en el recién nacido una varicela neonatal muy grave.

Otras posibles complicaciones son la segunda y sucesivas reapariciones, en las que se le llama Herpes Zoster. Y es más grave cuanto mayor es la edad del afectado, sobre todo por la posible neuralgia post-herpética, un dolor a veces de intensidad terrible que puede quedar permanentemente en las zonas afectadas de la piel. Es por estos riesgos que lo recomendable es vacunarse a corta edad para evitarlos en lo posible.

[editar] Prevención

[editar] Inmunización activa: vacuna antivaricela

La vacuna frente al virus varicela-zóster es una vacuna de virus vivos atenuados que se desarrolló en Japón en los años 70 del siglo XX, aunque no fue autorizada hasta la siguiente década. Todas las vacunas comercializadas en la actualidad proceden de la cepa Oka, llamada así porque fue aislada de las vesículas de un niño de 3 años con ese apellido. Es una vacuna muy eficaz, especialmente frente a las formas más graves de varicela. En aproximadamente un 5% de los vacunados puede aparecer una leve erupción varicelosa, con muy pocas lesiones, dos o tres semanas después de la vacunación.

La vacuna antivaricela fue introducida en el calendario vacunal de Estados Unidos en 1995 para niños a partir de los 12 meses de edad. Posteriormente otros países siguieron el ejemplo, como Canadá, Australia o Alemania. En otros países, como España en 2005, se ha optado por vacunar entre los 10-14 años de edad a los niños que no han pasado la varicela. La vacuna también es útil para evitar o reducir la enfermedad en las personas susceptibles que han estado expuestas al virus, si se administra en los 3 primeros días tras el contacto.[5] La vacuna no es aplicable para quienes la han padecido y pretenden evitar segundas y sucesivas reapariciones (Herpes Zoster o Culebrilla). Se está experimentando con otra vacuna que sería útil para estos casos.

[editar] Inmunización pasiva: inmunoglobulina

La inmunoglobulina antivaricela, administrada por vía intramuscular, se emplea para prevenir la enfermedad en grupos de alto riesgo que han tenido contacto con un enfermo de varicela y que no pueden recibir la vacuna, como embarazadas, inmunodeprimidos o recién nacidos cuyas madres no han pasado la varicela.

[editar] Referencias

  1. J. Gallagher et al.: Susceptibility to varicella zoster virus infection in health care workers. Occup. Med. (Lond). (1996) 46(4): S. 289-292, PMID 8854707
  2. S. J. Knowles et al.: Susceptibility to infectious rash illness in pregnant women from diverse geographical regions. Commun. Dis. Public Health. (2004) 7(4): S. 344-348, PMID 15779804
  3. BEHM-LOPEZ, Bertrand y SALAS-HERRERA, Isaías. El papel de los anti-inflamatorios no esteroideos en la producción de fasceítis necrotizante (en español). Acta méd. costarric. [online]. mar. 2002, vol.44, no.1 [citado 12 Diciembre 2009], p.5-9. ISSN 0001-6002.
  4. Lesko SM, O'Brien KL, Schwartz B, Vezina R, Mitchell AA. (2001). «Invasive Group A Streptococcal Infection and Nonsteroidal Antiinflammatory Drug Use Among Children With Primary Varicella». Pediatrics 107:  pp. 1108-1115. Texto completo
  5. Marin M, Güris D, Chaves SS, Schmid S, Seward JF; Advisory Committee on Immunization Practices, Centers for Disease Control and Prevention (CDC). (2007). «Prevention of varicella: recommendations of the Advisory Committee on Immunization Practices (ACIP)». MMWR Recommendations and Reports 156:  pp. 1-40. Texto completo

LA ENFERMEDAD DE LA NEUMONIA

La neumonía o pulmonía es una enfermedad infecciosa e inflamatoria que consiste en la infección de los espacios alveolares de los pulmones.[1] La neumonía puede afectar a un lóbulo pulmonar completo (neumonía lobular), a un segmento de lóbulo, a los alvéolos próximos a los bronquios (bronconeumonía) o al tejido intersticial (neumonía intersticial). La neumonía hace que el tejido que forma los pulmones se vea enrojecido, hinchado y se torne doloroso. Muchos pacientes con neumonía son tratados por médicos de cabecera y no ingresan en los hospitales. La Neumonía adquirida en la comunidad (NAC) o Extrahospitalaria es la que se adquiere fuera de los hospitales, mientras que la Neumonía nosocomial (NN) es la que se adquiere durante la estancia hospitalaria después de las 48 horas del ingreso del paciente por otra causa.

La neumonía puede ser una enfermedad grave si no se detecta a tiempo y puede llegar a ser mortal, especialmente entre personas de edad avanzada y entre los inmunodeprimidos. En particular los pacientes de sida contraen frecuentemente la neumonía por Pneumocystis. Las personas con fibrosis quística tienen también un alto riesgo de padecer neumonía debido a que continuamente se acumula fluido en sus pulmones.

Los enfermos de neumonía infecciosa a menudo presentan una tos que produce un esputo verdoso o amarillo, o flema y una fiebre alta que puede ir acompañada de escalofríos febriles. La disnea también es habitual, al igual que un dolor torácico pleurítico, un dolor agudo o punzante, que aparece o empeora cuando se respira hondo. Los enfermos de neumonía pueden toser sangre, sufrir dolores de cabeza o presentar una piel sudorosa y húmeda. Otros síntomas posibles son falta de apetito, cansancio, piel azul, náuseas, vómitos, cambios de humor y dolores articulares o musculares. Las formas menos comunes de neumonía pueden causar otros síntomas, por ejemplo, la neumonía causada por Legionella puede causar dolores abdominales y diarrea, mientras que la neumonía provocada por tuberculosis o Pneumocystis puede causar únicamente pérdida de peso y sudores nocturnos. En las personas mayores, la manifestación de la neumonía puede no ser típica. Pueden desarrollar una confusión nueva o más grave, o experimentar desequilibrios, provocando caídas. Los niños con neumonía pueden presentar muchos de los síntomas mencionados, pero en muchos casos simplemente están adormecidos o pierden el apetito.

Los síntomas de la neumonía requieren una evaluación médica inmediata. La exploración física por parte de un asistente sanitario puede revelar fiebre o a veces una temperatura corporal baja, una velocidad de respiración elevada, una presión sanguínea baja, un ritmo cardíaco elevado, o una baja saturación de oxígeno, que es la cantidad de oxígeno en la sangre revelada o bien por pulsioximetría o bien por gasometría arterial. Los enfermos que tienen dificultades para respirar, están confundidos o presentan cianosis (piel azulada) necesitan atención inmediata.

La exploración física de los pulmones puede ser normal, pero a menudo presenta una expansión mermada del tórax en el lado afectado, respiración bronquial auscultada con fonendoscopio (sonidos más ásperos provenientes de las vías respiratorias más grandes, transmitidos a través del pulmón inflamado y consolidado) y estertores perceptibles en el área afectada durante la inspiración. La percusión puede ser apagada sobre el pulmón afectado, pero con una resonancia aumentada y no mermada (lo que la distingue de un embalse pleural). Aunque estos signos son relevantes, resultan insuficientes para diagnosticar o descartar una neumonía; de hecho, en estudios se ha demostrado que dos médicos pueden llegar a diferentes conclusiones sobre el mismo paciente.

[editar] Virus

Los virus necesitan invadir las células para su reproducción. Normalmente los virus llegan al pulmón a través del aire siendo inhalados por la boca o la nariz o al ingerir un alimento. Una vez en el pulmón, los virus invaden las células de revestimiento de las vías aéreas y los alvéolos. Esta invasión a menudo conduce a la muerte celular, ya sea directamente o por medio de apoptosis. Cuando el sistema inmune responde a la infección viral provoca más daño pulmonar. Las células blancas, principalmente los linfocitos, activan una variedad de mediadores químicos de inflamación como son las citoquinas que aumentan la permeabilidad de la pared bronquio alveolar permitiendo el paso de fluidos. La combinación de destrucción celular y el paso de fluidos al alvéolo empeora el intercambio gaseoso.

Además del daño pulmonar, muchos virus favorecen a otros órganos y pueden interferir múltiples funciones. La infección viral también puede hacer más susceptible al huésped a la infección bacteriana.

Las neumonías virales son causadas principalmente por el virus de la gripe, virus sincitial respiratorio, adenovirus. El Paola es una causa rara de neumonía excepto en recién nacidos. El citomegalovirus puede causar neumonía en inmunodeprimidos.

[editar] Clasificación

Las neumonías puede clasificarse:

  1. Adquiridas en la comunidad (o extra-hospitalarias). Las más típicas son la neumonía neumocóccica, la neumonía por Mycoplasma y la neumonía por Chlamydia. Se da en 3-5 adultos por 1.000/año con una mortalidad entre 5-15%.
  2. Neumonías hospitalarias o nosocomiales. Presentan mayor mortalidad que la neumonía adquirida en la comunidad. En el hospital se da la conjunción de una población con alteración de los mecanismos de defensas, junto a la existencia de unos gérmenes muy resistentes a los antibióticos, lo que crea dificultades en el tratamiento de la infección.

[editar] Clasificación pronóstica

Existen dos clasificaciones pronósticas de la neumonía o pulmonía:

  • Clasificación de Fine (pneumonia severity index o PSI).
  • Clasificación FALTA.

[editar] Causas

La neumonía puede ser causada por varios agentes etiológicos:

En recién nacidos las neumonías suelen ser causadas por: Streptococcus pneumoniae, Staphylococcus aureus y ocasionalmente bacilos gram negativos. En lactantes (niños de 1 mes a 2 años) y preescolares (niños de 2 años a 5 años): el principal patógeno bacteriano es el Streptococcus pneumoniae, además ocasionalmente es causada por la Chlamydia trachomatis y por el Mycoplasma pneumoniae. En niños mayores de 5 años: Streptococcus pneumoniae y Mycloplasma pneumoniae. En inmunocomprometidos: bacterias gram negativas, Pneumocystis jiroveci, citomegalovirus (CMV), hongos, y Micobacterium tuberculosis. En ocasiones se puede presentar neumonías por bacterias anaeróbicas, en el caso de personas que tienen factores de riesgo para aspirar contenido gástrico a los pulmones, existe un riesgo significativo de aparición de abscesos pulmonares. En las neumonías nosocomiales: Pseudomonas aeruginosa, hongos y Staphylococcus aureus. En personas adultas: Streptococcus pneumoniae y virus influenza. en los Casos de neumonía atípica: virus, Mycoplasma pneumoniae y Chlamydia pneumoniae. Diversos agentes infecciosos —virus, bacterias y hongos— causan neumonía, siendo los más comunes los siguientes: Streptococcus pneumoniae: la causa más común de neumonía bacteriana en niños; Haemophilus influenzae de tipo b (Hib): la segunda causa más común de neumonía bacteriana; El virus sincitial respiratorio es la causa más frecuente de neumomía vírica. Pneumocystis jiroveci es una causa importante de neumonía en niños menores de seis meses con VIH/SIDA, responsable de al menos uno de cada cuatro fallecimientos de lactantes seropositivos al VIH.

[editar] Signos y síntomas

Los siguientes síntomas pueden estar relacionados con la enfermedad:

  • Generalmente, es precedida por una enfermedad como la gripe o el catarro común.
  • Fiebre prolongada por más de tres días, en particular si es elevada.
  • La frecuencia respiratoria aumentada: recién nacidos hasta menos de 3 meses >60 por minuto, lactantes >50 por minuto, preescolares y escolares >40 por minuto, adultos >20 por minuto.
  • Se produce un hundimiento o retracción de las costillas con la respiración que se puede observar fácilmente con el pecho descubierto.
  • Las fosas nasales se abren y se cierran como un aleteo rápido con la respiración. (principalmente se da en niños).
  • Quejido en el pecho como asmático al respirar.
  • Las personas afectas de neumonía a menudo tienen tos que puede producir una expectoración de tipo muco-purulento (amarillenta), fiebre alta que puede estar acompañada de escalofríos. Limitación respiratoria también es frecuente así como dolor torácico de características pleuríticas (aumenta con la respiración profunda y con la tos). También pueden tener hemoptisis (expectoración de sangre por la boca durante episodios de tos) y disnea. Suele acompañarse de compromiso del estado general (anorexia, astenia y adinamia).
  • Al examen físico general es probable encontrar taquicardia, taquipnea y baja presión arterial, ya sea sistólica o diastólica.
  • Al examen físico segmentario, el síndrome de condensación pulmonar es a menudo claro; a la palpación: disminución de la expansión y de la elasticidad torácica y aumento de las vibraciones vocales. A la percusión: matidez. A la auscultación: disminución del murmullo pulmonar, crepitaciones y/o soplo tubario.
  • El paciente infantil tiene la piel fría, tose intensamente, parece decaído, apenas puede llorar y puede tener convulsiones, se pone morado cuando tose, no quiere comer (afagia), apenas reacciona a los estímulos. El cuadro clínico es similar en el paciente adulto.
  • En adultos sobre 65 años es probable una manifestación sintomática muchísimo más sutil que la encontrada en personas jóvenes.

[editar] Tratamiento

Principal antibiótico por agente bacteriano
Subtipo histológicoFrecuencia (%)Antibiótico
Streptococcus pneumoniae[2]31.1En adultos sanos:

Comorbilidades:

Staphylococcus aureus0.4Oxacilina o

Cefuroxima o
Cefazolina o
Amoxicilina y Acido clavulánico o

Moraxella catarrhalis0.4Cefuroxima o

Trimetoprim-sulfametoxazol o
Cefotaxima o
Ceftriaxone o
Ceftazidima o
Ciprofloxacino o
Levofloxacina o
Azitromicina

Streptococcus pyogenes0.4Clindamicina o

Penicilina G o
Vancomicina o

Neisseria meningitidis0.4Penicilina G o

Ceftriaxone o
Cefotaxima o
Ceftriaxone o
Cloranfenicol o
Ciprofloxacino o
Rifampina o
Eritromicina o

Klebsiella pneumoniae0.4Cefotaxima o

Ceftriaxone o
Gentamicina o
Amikacina o
Piperacilina o
Imipenem o
Ciprofloxacino o
Trimetoprim-sulfametoxazol o

Haemophilus influenzae0.4* Azitromicina o

Cefotaxima o
Ceftriaxone o
Amoxicilina o
Ampicilina o
Cloranfenicol o

Neumonía atípicaLegionella pneumophila 23.2 
Mycoplasma pneumoniae 3.0 
Chlamydophila pneumoniae 1.2 
Pneumocystis jiroveci10.7 
Tuberculosis0.4 

La mayoría de los casos de neumonía puede ser tratada sin hospitalización. Normalmente, los antibióticos orales, reposo, líquidos, y cuidados en el hogar son suficientes para completar la resolución. Sin embargo, las personas con neumonía que están teniendo dificultad para respirar, las personas con otros problemas médicos, y las personas mayores pueden necesitar un tratamiento más avanzado. Si los síntomas empeoran, la neumonía no mejora con tratamiento en el hogar, o se producen complicaciones, la persona a menudo tiene que ser hospitalizada.

Los antibióticos se utilizan para tratar la neumonía bacteriana. En contraste, los antibióticos no son útiles para la neumonía viral, aunque a veces se utilizan para tratar o prevenir las infecciones bacterianas que pueden ocurrir en los pulmones dañados por una neumonía viral. La elección de tratamiento antibiótico depende de la naturaleza de la neumonía, los microorganismos más comunes que causan neumonía en el área geográfica local, y el estado inmune subyacente y la salud del individuo.

El tratamiento de la neumonía debe estar basada en el conocimiento del microorganismo causal y su sensibilidad a los antibióticos conocidos. Sin embargo, una causa específica para la neumonía se identifica en solo el 50% de las personas, incluso después de una amplia evaluación. En el Reino Unido, amoxicilina y claritromicina o eritromicina son los antibióticos seleccionados para la mayoría de los pacientes con neumonía adquirida en la comunidad; a los pacientes alérgicos a penicilinas se les administra la eritromicina en vez de amoxicilina. En América del Norte, donde la «atípica» formas de neumonía adquirida en la comunidad son cada vez más común, azitromicina, claritromicina, y las fluoroquinolonas han desplazado a amoxicilina como tratamiento de primera línea. La duración del tratamiento ha sido tradicionalmente de siete a diez días, pero cada vez hay más pruebas de que los cursos más cortos (tan corto como tres días) son suficientes.[cita requerida]

Entre los antibióticos para la Neumonía adquirida en el hospital se pueden incluir la vancomicina, tercera y cuarta generación de cefalosporinas, carbapenemas, fluoroquinolonas y aminoglucósidos. Estos antibióticos se suelen administrar por vía intravenosa. Múltiples antibióticos pueden ser administrados en combinación, en un intento de tratar todos los posibles microorganismos causales. La elección de antibióticos varía de un hospital a otro, debido a las diferencias regionales en los microorganismos más probables, y debido a las diferencias en la capacidad de los microorganismos a resistir a diversos tratamientos antibióticos.

Las personas que tienen dificultad para respirar debido a la neumonía puede requerir oxígeno extra. Individuos extremadamente enfermos pueden requerir de cuidados intensivos de tratamiento, a menudo incluyendo intubación y ventilación artificial.

La neumonía viral causada por la influenza A pueden ser tratados con amantadina o rimantadina, mientras que la neumonía viral causada por la influenza A o B puede ser tratado con oseltamivir o zanamivir. Estos tratamientos son beneficiosos sólo si se inició un plazo de 48 horas de la aparición de los síntomas. Muchas cepas de influenza A H5N1, también conocida como influenza aviar o «gripe aviar», han mostrado resistencia a la amantadina y la rimantadina. No se conocen tratamientos eficaces para las neumonías viral causada por el coronavirus del SRAS, adenovirus, el hantavirus, o parainfluenza virus.

LA ENFERMEDAD DEL CANCER

El cáncer es un conjunto de enfermedades en las cuales el organismo produce un exceso de células malignas (conocidas como cancerígenas o cancerosas), con crecimiento y división más allá de los límites normales, (invasión del tejido circundante y, a veces, metástasis). La metástasis es la propagación a distancia, por vía fundamentalmente linfática o sanguínea, de las células originarias del cáncer, y el crecimiento de nuevos tumores en los lugares de destino de dicha metástasis. Estas propiedades diferencian a los tumores malignos de los benignos, que son limitados y no invaden ni producen metástasis. Las células normales al sentir el contacto con las células vecinas inhiben la reproducción, pero las células malignas no tienen este freno. La mayoría de los cánceres forman tumores pero algunos no (como la leucemia).

El cáncer puede afectar a todas las edades, incluso a fetos, pero el riesgo de sufrir los más comunes se incrementa con la edad. El cáncer causa cerca del 13% de todas las muertes. De acuerdo con la Sociedad Americana del Cáncer, 7,6 millones de personas murieron de cáncer en el mundo durante 2007.

El cáncer es causado por anormalidades en el material genético de las células. Estas anormalidades pueden ser provocadas por agentes carcinógenos, como la radiación (ionizante, ultravioleta, etc), de productos químicos (procedentes de la industria, del humo del tabaco y de la contaminación en general, etc) o de agentes infecciosos. Otras anormalidades genéticas cancerígenas son adquiridas durante la replicación normal del ADN, al no corregirse los errores que se producen durante la misma, o bien son heredadas y, por consiguiente, se presentan en todas las células desde el nacimiento (causando una mayor probabilidad de desencadenar la enfermedad). Existen complejas interacciones entre el material genético y los carcinógenos, un motivo por el que algunos individuos desarrollan cáncer después de la exposición a carcinógenos y otros no. Nuevos aspectos de la genética del cáncer, como la metilación del ADN y los microARNs, están siendo estudiados como importantes factores a tener en cuenta por su implicación.

Las anormalidades genéticas encontradas en las células cancerosas pueden ser de tipo mutación puntual, translocación, amplificación, deleción, y ganancia/pérdida de todo un cromosoma. Existen genes que son más susceptibles a sufrir mutaciones que desencadenen cáncer. Esos genes, cuando están en su estado normal, se llaman protooncogenes, y cuando están mutados se llaman oncogenes. Lo que esos genes codifican suelen ser receptores de factores de crecimiento, de manera que la mutación genética hace que los receptores producidos estén permanentemente activados, o bien codifican los factores de crecimiento en sí, y la mutación puede hacer que se produzcan factores de crecimiento en exceso y sin control.

El cáncer es generalmente clasificado según el tejido a partir del cual las células cancerosas se originan. Un diagnóstico definitivo requiere un examen histológico, aunque las primeras indicaciones de cáncer pueden ser dadas a partir de síntomas o radiografías. Muchos cánceres pueden ser tratados y algunos curados, dependiendo del tipo, la localización y la etapa o estado en el que se encuentre. Una vez detectado, se trata con la combinación apropiada de cirugía, quimioterapia y radioterapia. Según investigaciones, los tratamientos se especifican según el tipo de cáncer y, recientemente, también del propio paciente. Ha habido además un significativo progreso en el desarrollo de medicamentos que actúan específicamente en anormalidades moleculares de ciertos tumores y minimizan el daño a las células normales. El diagnóstico de cáncer en pacientes está, en gran medida, influenciado por el tipo de cáncer, así como por la etapa o la extensión de la enfermedad (frecuentemente en estados iniciales suele ser confundido con otras patologías si no se realizan los diagnósticos diferenciales adecuados). La clasificación histológica y la presencia de marcadores moleculares específicos pueden ser también útiles en el diagnóstico, así como para determinar tratamientos individuales.

LA ENFERMEDAD DEL SISTEMA DIJESTIVO

Cuando el cuerpo come, descompone los alimentos en una forma que puede utilizar para producir y nutrir células y suministrar energía. Este proceso se llama digestión.

El sistema digestivo es una serie de órganos huecos unidos en un tubo largo y retorcido. Comienza en la boca y se extiende hasta el ano, e incluye el esófago, el estómago, el intestino delgado y el intestino grueso. El hígado, la vesícula y el páncreas también participan. Estos tres órganos producen jugos que ayudan en el proceso de la digestión.

Existen muchos tipos de trastornos digestivos. Los síntomas varían ampliamente dependiendo del problema. En líneas generales, debe consultar a un médico si observa.

  • Gases: el gas que se forma en el tracto digestivo es expedido por la boca en forma de eructos o a través del recto. El gas atrapado puede producir distención, incomodidad y hasta dolor. El aire que se desarrolla en el intestino delgado y en el grueso sale a través del recto y se denomina flatulencia.
  • Estreñimiento: es un estado en el que los movimientos intestinales están mal coordinados y son inadecuados, las heces son pequeñas, duras y difíciles de expulsar.
  • Diarrea: es un aumento en la frecuencia y fluidez de las heces, y es causada cuando el agua no es absorbida por el intestino o cuando es arrastrada hacia él. Las causas pueden ser:
    • Mala digestión
    • Sensibilidad a los alimentos
    • Infecciones del tracto digestivo
    • Sustancias toxicas
    • Medicamentos
    • Diarrea emocional
    • Enfermedades del tracto digestivo
  • Dolor abdominal: como las cavidades abdominal y pélvica constituyen una sola unidad, que dentro de ellas se encuentran los sistemas digestivo, urinario y reproductivo, y que por ella pasan importantes vasos sanguíneos, linfáticos y nerviosos, el dolor abdominal puede ser un síntoma de numerosos desordenes diferentes. Por lo tanto, al médico le resulta difícil diferenciar la clase de dolor e identificar con precisión un problema específico.
  • Peritonitis: es una inflamación del peritoneo, membrana lisa que tapiza la cavidad abdominal y cubre los órganos que se encuentran dentro de ella.